Copio
El perro atropellado la pasada semana por un cura en Sevilla fue operado ayer por Mascoteros Solidarios.
La pasada semana Gordi, fue atropellado en Cazalla de la Sierra por un cura, que no lo asistió porque llegaba tarde a dar misa.
Finalmente el pasado miércoles Gordi pudo ser operado de la doble fractura en la cadera producida por el atropello. El ángel que hizo posible que Gordi siga con vida, costeando la operación, es un ángel de cuatro patas, de nombre Lecter, y de raza, pastor alemán...
A no ser que Lecter tenga cuenta bancaria a su nombre con firma y poderes (todo es posible), es evidente que detrás de Lecter hay otro ángel muy humano y con un gran corazón, que es quien realmente ha costeado la cirugía. Ya nos gustaría decir su nombre, pero resulta que este grandísimo ser humano ha querido mantenerse en el anonimato.
Según Carlos Rodríguez, cirujano veterinario del equipo de Mascoteros Solidarios que realizó la intervención, el animal presentaba doble fractura de una hemipelvis, sin afectación de la articulación de la cadera, y luxación de la articulación sacroilíaca del lado contrario, que se ha resuelto mediante placas de reconstrucción y "pins".
Dicho técnicamente, y en palabras de Carlos en el informe, "El animal presenta apoyo de ambas extremidades posteriores a las ocho horas de la intervención"... Vulgarmente hablando, eso quiere decir que la operación fue todo un éxito y que Gordi andaba y apoyaba firmemente sus cuartos traseros tan sólo ocho horas después de ser operado. Impresionante.
Por otra parte, seguimos sin saber nada del autor del atropello, el cura del pueblo sevillano de Cazalla de la Sierra, que según testigos presenciales, se excusó nada más atropellar al perro, alegando que llegaba tarde a sus oficios. Con la Iglesia hemos topado y allá cada uno con su conciencia.
Los que sí pueden tener la conciencia más que tranquila son todos aquellos que han colaborado y trabajado para que Gordi siga con vida y, de nuevo, millones de gracias a Lecter y a Rafa, los ángeles de la guarda de nuestro querido Gordi.
Lo sentimos, Rafa, pero teníamos que decirlo...
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