Fue enterrada en la necrópolis de Colón en la ciudad de La Habana. Su tumba se conoce como la tumba de la lealtad, ya que después de su muerte, su perra Rinti se echó a los pies de la tumba y rechazó los alimentos y el agua que le ofrecían los cuidadores del cementerio hasta que murió. Una escultura conmemorativa muestra a su perro descansando a los pies de la tumba.
Nunca le interesó la publicidad. Realizaba su labor con la mayor modestia. De ahí que apenas hallemos en la prensa algún que otro retrato suyo, que la muestra delgada, de estatura más bien baja y sencillo modo de vestir.Era muy diminuta, muy delgada y muy poco agraciada Sin embargo, toda su energía la reservaba para defender a los desvalidos, fueran estos niños huérfanos o animales indefensos.
La señora Ryder también creó el Hospital para Animales, combatió la utilización abusiva de los animales de tiro y carga; se preocupó por el control de los perros abandonados en las calles; se opuso a la introducción de las corridas de toros en el país.
En igual sentido de protección a los animales se dedicó a socorrer con alimentos a los numerosos perros y gatos abandonados en la ciudad.
Muy pronto se fue extendiendo la noticia de que una estrafalaria y chiflada mujer norteamericana se enfrentaba a los rudos carretoneros cuando éstos castigaban a sus caballos, cargaba con bolsas de alimentos para repartirlos entre perros y gatos sarnosos y se detenía a sermonear a los pilluelos. La burla y el sarcasmo cayeron sobre ella con saña; pero no lograron causarle el menor daño ni hacerle variar su actitud. Convencida de lo correcto y de lo necesario de su proceder, continuó recorriendo cada día la ciudad y paulatinamente el menosprecio hacia su persona se fue trocando en asombro, en respeto, en admiración. Algunos se acercaron a ella para acompañarla en aquella noble cruzada y al contar entonces con un grupo de seguidores, Jeannette Ryder fundó el 27 de octubre de 1906 el Bando de Piedad.
A partir de ese momento dicha institución, bajo el lema “Nosotros hablamos por los que no pueden hablar” y con la señora Ryder en primera fila, continuó la labor de protección a los niños abandonados y de condena a la crueldad contra los animales.En correspondencia con ese proceder, creó un dispensario gratuito para atender a los menores, estableció un sistema de repartición de pan y leche a los mendigos ...
2 comentarios:
Me alegra muchísimo que publiques este post. Leí sobre esta mujer hace tiempo y he deseado hacer un post sobre ella muchas veces, pero había olvidado su nombre. Ahora podré buscar cosas sobre ella, aunque lo que tú cuentas sería suficiente. Admiro a esta clase de personas. A esta mujer. ¡Y en aquella época!
Gracias otra vez, Nayr.
Besos.
Yo la desconocía por completo , me la pasaron a fb , investigué un poco antes de subirla ... cuando escribía me imaginaba la imagen de una mujer menuda y delgada enfrentándose a los carreteros, hombres rudos y fornidos ...
Besos
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