El suceso ocurrió el pasado día 25, sobre las 11.30 horas, cuando agentes de la Guardia Civil oyeron un disparo que provenía de un lugar cercano a la población. Después interceptaron en el lugar de donde procedía el disparo un vehículo que transportaba en su maletero un perro de raza galgo que acababa de ser abatido con una escopeta de caza, también hallada en el interior del turismo.
Ante estos hechos, la Guardia Civil procedió a la denuncia del conductor del vehículo por un supuesto delito relativo a la protección de la flora, fauna y animales domésticos (delito de maltrato de animales domésticos).
Este tipo de conductas, habituales antes en determinados ámbitos, hoy en día están perseguidas en el Código Penal, estableciendo su artículo 337 que “el que por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente a un animal doméstico o amansado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud, será castigado con la pena de tres meses a un año de prisión, inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales”.
De igual modo, el Reglamento de Armas prohíbe portar, exhibir o usar las armas sin necesidad o de modo negligente o temerario. La infracción de estos preceptos puede acarrear sanciones con multas que van desde 301 euros a los 30.000 euros, así como la retirada de las armas y las licencias o permisos correspondientes.
Las diligencias instruidas, junto con el arma intervenida fueron puestas a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Zamora.
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