Fernando Delgado, sobre el maltrato animal: "España es un país agresivo e intolerante"
- Publica en Planeta 'Me llamo Lucas y no soy perro'
- Se coloca en el lugar de un perro para contarnos su historia
- Una historia agridulce que retrata el abandono y maltrato a los perros
"¿Qué estarán diciendo con esas palabritas?", pensaba Flush, el perro retratado por Virginia Woolf cuando veía a su dueña hablar con su prometido. Preguntas como éstas se plantea también Lucas, el protagonista de esta novela, Me llamo Lucas y no soy perro. En ella, a lo largo de 137, páginas, Delgado ha querido ser perro, un perro inteligente que, por amor al hombre, quiere ser hombre, o al menos, niño...
Leyendo tu novela, nos vienen a la memoria dos libros fundamentales que colocan al perro como narrador de la novela, Flush de Virginia Woolf y Tombuctú de Paul Auster. ¿Fueron estas obras las que te motivaron para escribir Me llamo Lucas y no soy perro?
Fernando Delgado: Si los conozco. Me influyó más el primero el de Woolf que el de Auster. Pero no fueron estas novelas las que me impulsaron a escribir este libro. Yo quería hacer un libro para niños, era mi ilusión de siempre, pero no sabía si sería capaz de hacerlo, al no ser padre. Mirando a mi perro, que es como un hijo, pensé que él podría ser narrador, y, a partir de ahí seguí el dictado del personaje. Así escribió esta novelita sin carta de navegación y al final salió una novelita para adultos.
En la novela, después de describir los años más felices de Lucas, tocas uno de los temas más sensibles para los amantes de los perros, un tema que les quita el sueño porque les visita incluso en forma de pesadilla: la pérdida del perro, o más bien este caso el abandono intencionado…
(Como le ocurre a la dueña de Lucas, a quien él llama ‘mamá’) un día entraron en mi casa a robar y me primera preocupación al enterarme fue que pudieran haberle hecho algo a la perra…
¿Y te ha costado colocarte en el lugar del perro y dejarte llevar por él?
Tengo la sensación de que el libro no lo he escrito yo, porque es sencillo comparado con el lenguaje de mis libros anteriores. Quizás al ponerme en el lugar del perro, he encontrado la sencillez y he desterrado el pedante que llevo dentro
Hay, imagino, vivencia reales reflejadas en la narración…
De pequeño hablaba solo, costumbre que mantuve. Luego, cuando tienes un animal cerca proyectas tu imaginario en el perro…y hablas con él, como hace la dueña en este libro.
Otro episodio basado en una vivencia mía es es de la perra apaleada. Terminaba la temporada de caza, cuando me encontré en el campo a una perrita galga que acababa de parir y la habían acribillado, estaba agonizando, la cogí y dejó de gemir. Luego la llevé al veterinario y le pusieron una inyección
El amor es también en definitiva argumento principal de la historia ¿no?
Hay tres amores dibujados: el amor del perro hacia la madre (su dueña), el amor de la madre hacia el perro, y el amor entre el perro y el mendigo que solo pide para sobrevivir y lo reparte con un animal, que es quizás el momento en el que mejor se representa con el amor
Es un hecho evidente que en España hay menos respeto a los animales que en el resto d Europa ¿a qué crees que se debe?
Este país es agresivo, intolerante, es el país de la Inquisición. Y en él hay seres que cometerían crueldades con los humanos si no tuvieran miedo…a las represalias
Por último, y cambiando totalmente de tema, ¿cuál es tu visión sobre la situación actual de los medios de comunicación, tan diferentes a cuando tu terminabas los telediarios con una reflexión personal?
La invasión de información nos aturde, los informativos son mucho más largos que entonces. Siempre ha habido manipulación, ésta no es la peor época en ese sentido. Pero me parece más preocupante el imperio de la banalidad en que vivimos. Y en ese sentido los periodistas no somos ajenos a la sociedad en que vivimos…una sociedad con los valores trastocados y en la que los criterios profesionales no siempre se respetan.
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