Gabino Morales, Sergio Jover, Cristóbal Rivero, Francisco Tejera, Héctor Bolaños y Juanfran Medina, bomberos del parque de Telde, son los héroes particulares de dos pequeños podencos. Estos dos animales volvieron a nacer en la tarde de ayer cuando, desesperados, intentaban salir de una balsa de agua situada en el barrio La Primavera sin éxito. Fue una vecina la que dio la alarma a los bomberos, que se introdujeron en el agua para sacar a los canes que presentaban evidentes signos de hipotermia, con todas las extremidades agarrotadas. Ellos fueron los salvadores de estos perros, que ahora descansan en el albergue de Bañaderos a la espera de un dueño.
La alarma la dio otra de las protagonistas de esta historia, una vecina anónima del citado barrio teldense, en la zona del campo de golf de El Cortijo, donde está situado este depósito de agua junto a la carretera GC-100. Ella fue la artífice de que estos dos canes estén ahora vivos. Su llamada al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112 movilizó a los bomberos del Consorcio de Emergencias del parque de La Garita, que acudieron de inmediato al lugar. "En estos dispositivos trabajamos como si fueran personas", aseguraba ayer Juanfran Medina, el cabo de los bomberos, que junto a sus compañeros se personó en el lugar. Eran las 12.15 y Héctor Bolaños se vistió con el chaqué preparado para rescates en aguas y a su llegada se introdujo en el depósito.
"Uno de los perros estaba intentando subir por la tela de plástico que recubre la balsa y la perra estaba en el centro intentando nadar", narraba ayer Medina. El bombero se introdujo en el receptáculo y pudo acceder hasta la joven can, que además está preñada. "Al vernos, vino hacia nosotros, nunca intentó escapar", relataba el cabo.
Al calor de dos mantas
Una vez rescatados ambos podencos, cogieron una manta y taparon a uno de ellos, mientras que otra vecina les facilitó otro edredón para el segundo de los animales. Los dos presentaban una importante hipotermia y tenían todas las patas entumecidas debido al tiempo que permanecieron en el interior de la balsa. El jefe de bomberos no se explicaba cómo los perros pudieron acceder al estanque.
"Estaba todo vallado con una alambrada de dos metros de altura y no había ninguna rotura; nosotros tuvimos que saltarla, así que no sé cómo habrán entrado los animales", reflexionaba. No es el primer caso que encuentran perros con síntomas de ahogamiento en el recinto. Al menos, en esta ocasión hubo final feliz.
http://www.laprovincia.es/gran-canaria/2013/06/18/heroes-podencos-canarios/538849.html
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