Se
llama Babel y es la princesa de los ojos tristes. Ha pasado 10 años
atada a un poste pariendo camada tras camada para uno de esos galgueros a
los que alguien (que no es bienvenido aquí) tenía la desvergüenza de
"invitarnos" a conocer mejor. Lo espantoso es que os conocemos y demasiado bien. Y dais mucho, mucho miedo.
El último año de vida ha estado metida en una especie de covacha o zulo insalubre, donde apenas le daba para ponerse en pie y a oscuras las 24 horas del día. Alimentada a base de pan mohoso.
Ojos tristes porque son ojos cansados de buscar compañía en la oscuridad.
Uñas largas hasta lo imposible de una criatura que llevaba un año sin moverse apenas.
Y miedo, un miedo que asusta, conmueve y duele hasta provocar ganas de hacer daño, mucho y despacio a quien hizo de Babel un alma dolorida y perdida en el terror.
¿Conocer a los galgueros mejor? No, no, no, se trata de desterraros, muy lejos; se trata de que la gente sepa lo que hacéis con quien no os sirve; se trata de temeros y seguir gritando al mundo que seguimos rescatando a diario galgos del infierno de los galgueros.
El último año de vida ha estado metida en una especie de covacha o zulo insalubre, donde apenas le daba para ponerse en pie y a oscuras las 24 horas del día. Alimentada a base de pan mohoso.
Ojos tristes porque son ojos cansados de buscar compañía en la oscuridad.
Uñas largas hasta lo imposible de una criatura que llevaba un año sin moverse apenas.
Y miedo, un miedo que asusta, conmueve y duele hasta provocar ganas de hacer daño, mucho y despacio a quien hizo de Babel un alma dolorida y perdida en el terror.
¿Conocer a los galgueros mejor? No, no, no, se trata de desterraros, muy lejos; se trata de que la gente sepa lo que hacéis con quien no os sirve; se trata de temeros y seguir gritando al mundo que seguimos rescatando a diario galgos del infierno de los galgueros.
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