Lulú es esta galga de menos de cinco años que veis en las fotografías.
Lulú ha rozado esa delgada línea que separa el drama de la tragedia. Sin embargo, lejos de desanimarnos, de darlo todo por perdido, nosotros vamos a luchar aún con más
Lulú ha rozado esa delgada línea que separa el drama de la tragedia. Sin embargo, lejos de desanimarnos, de darlo todo por perdido, nosotros vamos a luchar aún con más
ganas para
conseguir la mayor calidad de vida posible para esta galguita y para
regalarle esa felicidad que estos seres de nobleza probada merecen.
Con ustedes la tragedia de Lulú:
El viernes por la tarde, Leticia y Jorge, de camino hacia Bélgica, recibieron un aviso urgente: una galga en muy mal estado vagabundeaba por Toledo. Leticia, que llevaba a más de quince galgos a sus nuevas vidas, recurrió entonces a Miriam, una chica que nos ha ayudado en otras ocasiones.
Nada más enterarse y con un día de perros, Miriam, su hija y su tía de dirigieron hacia Fuensalida para salvar de la muerte a Lulú. Mientras otros miran para otro lado, mientras los cómodos y los sedentarios cierran sus ojos a una realidad que nos les gusta, que no les interesa, Miriam y su familia se enfrentan con la verdad y miran a los ojos a la crueldad, al lado más oscuro del ser humano.
Tras dar muchas vueltas llegaron a la barriada dónde la habían visto por última vez. La buscaron por todas partes pero ni rastro de la perra. Finalmente, al lado de un caño de agua, en una vivienda en ruinas por la que habían pasado ya varias veces, vieron una cosita pequeña hecha una rosquilla sobre la que no dejaba de caer la lluvia. Lulú no se movía, había perdido toda esperanza.
Lulú sufre desnutrición severa, con nueve kilos por debajo de su peso, tiene pus en las uñas, infección en la piel, la leishmania, en un título muy alto, la ha dejado totalmente ciega y sufre de insuficiencia renal. Miriam y su familia la llevaron inmediatamente a urgencias, dónde se atendió su insuficiencia estando un día entero ingresada. Lulú, que se había dejado morir, no oponía ninguna resistencia. Estaba al límite de sus fuerzas. Mañana volverá a Huellas para un examen minucioso del resto de sus órganos.
Hoy descansa en casa de Pili, de quién ya os he hablado en más ocasiones y de la que seguiré hablando en el futuro. Una persona que se hace cargo de los galgos en peor estado, que los cuida y los mima durante todo el tiempo que haga falta, meses e incluso años y que, cuando una familia apta se interesa, es lo suficientemente generosa como para dejarlos marchar y dejar sitio para el siguiente galgo en pésimo estado. Pili no es de este planeta y esto es algo que todo los baasgalgueros sabemos. Dar las gracias a Pili es, a todas luces, insuficiente. Pili es más que una buena persona, más que una persona generosa y solidaria. Pili es, simplemente, un ángel.
Volviendo a nuestra pequeña Lulú, ¿entendéis ahora lo que decíamos al principio de este reportaje? ¿Entendéis ahora por qué, no solamente no damos el caso por perdido sino que lucharemos con todas nuestras fuerzas, con más fuerzas si cabe, por la pequeña Lulú?
Pero necesitamos vuestra ayuda. El tratamiento para la leishmania durante el primer mes es muy caro, así como las cremas que necesita para la piel y la visita al mejor oftalmólogo para que examine su ceguera. Puede que penséis que no merece la pena invertir en Lulú, que es un caso perdido. Pero si, como nosotros, lucharás por Lulú con más fuerza que nunca, porque quieres que ella pueda conocer la felicidad en la tierra, ayúdanos económicamente a su recuperación.
Necesitamos padrinos/madrinas. Por una pequeña cantidad mensual te incluiremos en un grupo dónde recibirás noticias actualizadas sobre su estado. Escribe a beatriz.baasgalgo@yahoo.es o manda un privado a nuestro Facebook.
Otra opción es hacer un ingreso en nuestro número de cuenta
Banco Santander 0049-1220-40-2710131572
o por paypal: prensa@paypal.es
Si hay un caso por el que merece la pena donar el dinero, sin duda es el de Lulú.
De momento no está en adopción porque tiene un largo camino que recorrer hasta su recuperación total o parcial.
Si no puedes dar dinero, si no puedes ayudar económicamente, sólo te pedimos que dediques un minuto a pensar en ella y a amarla con todo tu corazón. En nombre de Lulú, gracias
Con ustedes la tragedia de Lulú:
El viernes por la tarde, Leticia y Jorge, de camino hacia Bélgica, recibieron un aviso urgente: una galga en muy mal estado vagabundeaba por Toledo. Leticia, que llevaba a más de quince galgos a sus nuevas vidas, recurrió entonces a Miriam, una chica que nos ha ayudado en otras ocasiones.
Nada más enterarse y con un día de perros, Miriam, su hija y su tía de dirigieron hacia Fuensalida para salvar de la muerte a Lulú. Mientras otros miran para otro lado, mientras los cómodos y los sedentarios cierran sus ojos a una realidad que nos les gusta, que no les interesa, Miriam y su familia se enfrentan con la verdad y miran a los ojos a la crueldad, al lado más oscuro del ser humano.
Tras dar muchas vueltas llegaron a la barriada dónde la habían visto por última vez. La buscaron por todas partes pero ni rastro de la perra. Finalmente, al lado de un caño de agua, en una vivienda en ruinas por la que habían pasado ya varias veces, vieron una cosita pequeña hecha una rosquilla sobre la que no dejaba de caer la lluvia. Lulú no se movía, había perdido toda esperanza.
Lulú sufre desnutrición severa, con nueve kilos por debajo de su peso, tiene pus en las uñas, infección en la piel, la leishmania, en un título muy alto, la ha dejado totalmente ciega y sufre de insuficiencia renal. Miriam y su familia la llevaron inmediatamente a urgencias, dónde se atendió su insuficiencia estando un día entero ingresada. Lulú, que se había dejado morir, no oponía ninguna resistencia. Estaba al límite de sus fuerzas. Mañana volverá a Huellas para un examen minucioso del resto de sus órganos.
Hoy descansa en casa de Pili, de quién ya os he hablado en más ocasiones y de la que seguiré hablando en el futuro. Una persona que se hace cargo de los galgos en peor estado, que los cuida y los mima durante todo el tiempo que haga falta, meses e incluso años y que, cuando una familia apta se interesa, es lo suficientemente generosa como para dejarlos marchar y dejar sitio para el siguiente galgo en pésimo estado. Pili no es de este planeta y esto es algo que todo los baasgalgueros sabemos. Dar las gracias a Pili es, a todas luces, insuficiente. Pili es más que una buena persona, más que una persona generosa y solidaria. Pili es, simplemente, un ángel.
Volviendo a nuestra pequeña Lulú, ¿entendéis ahora lo que decíamos al principio de este reportaje? ¿Entendéis ahora por qué, no solamente no damos el caso por perdido sino que lucharemos con todas nuestras fuerzas, con más fuerzas si cabe, por la pequeña Lulú?
Pero necesitamos vuestra ayuda. El tratamiento para la leishmania durante el primer mes es muy caro, así como las cremas que necesita para la piel y la visita al mejor oftalmólogo para que examine su ceguera. Puede que penséis que no merece la pena invertir en Lulú, que es un caso perdido. Pero si, como nosotros, lucharás por Lulú con más fuerza que nunca, porque quieres que ella pueda conocer la felicidad en la tierra, ayúdanos económicamente a su recuperación.
Necesitamos padrinos/madrinas. Por una pequeña cantidad mensual te incluiremos en un grupo dónde recibirás noticias actualizadas sobre su estado. Escribe a beatriz.baasgalgo@yahoo.es o manda un privado a nuestro Facebook.
Otra opción es hacer un ingreso en nuestro número de cuenta
Banco Santander 0049-1220-40-2710131572
o por paypal: prensa@paypal.es
Si hay un caso por el que merece la pena donar el dinero, sin duda es el de Lulú.
De momento no está en adopción porque tiene un largo camino que recorrer hasta su recuperación total o parcial.
Si no puedes dar dinero, si no puedes ayudar económicamente, sólo te pedimos que dediques un minuto a pensar en ella y a amarla con todo tu corazón. En nombre de Lulú, gracias
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