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De buena mañanita, a las seis de la mañana, salen los voluntarios de la
Protectora para rescatar a un bretón que estaba en Riogordo: parece que
el perro lleva un collar que el oprime la cabeza, el cuello y una oreja
y presenta numerosas heridas y pus. El
aviso nos llega a través de una vecina de Riogordo, que ha intentado
cogerlo sin éxito...el animal llevaba vagando más de un més en estas
terribles condiciones; la vecina explica los sitios dónde suele ir el
perro a buscar la comida que ella le deja y sobre las siete y media, los
voluntarios dan con el perro (le hemos puesto de nombre Coronado).
Usando unas mallas y redes, se consigue rodearlo y en diez minutos,
Coronado está seguro en un transportín en la furgoneta de la Protectora:
es el momento de entrar en calor con un cafelito y corriendo para el
Refugio, donde le espera Pedro, nuestro veterinario, que lo anestesia y
empieza a operar: la cadena del collar está tan metida en el cuello, que
le ha crecido la carne encima...debe abrir la herida llena de pus y
carne podrida y sacar a trozos la cadena, que también le oprime el
cráneo, ya que parece como una diadema, y que le ha hecho perder el
canal auditivo derecho por la opresión. Toda la operación se hace con
anestesia inhalatoria y controlando las constantes vitales con el
monitor de apnea.
Limpiar toda la zona, desinfectar y dejar a Coronado descansando en la UVI del Refugio, con antibióticos lleva casi dos horas, pero por fin este pobre perrillo está seguro y atendido...es un perro joven y bueno...con todo su dolor y miedo, no ha hecho ni un mal gesto; atrás queda el dolor, el miedo, el hambre que ha pasado en su corta vida...ahora le toca aguantar las curas, que seguro serán dolorosas, pero saldrá adelante, es un campeón y se lo merece; seguro que en algún lugar existe la familia que lo quiera y a la que él le dé su amor y lealtad.
Esta es una de tantas historias del Refugio, de sus voluntarios, de sus trabajadores, de sus animales...
El Refugio está a más del 200% de su capacidad: lo único que pedimos es que las personas se conciencien sobre el abandono, que las protectoras no podemos asumir tantos casos de maltrato y abandono; pedimos a las administraciones que se impliquen realmente en el tema del abandono, que promuevan campañas de castración de animales y que castiguen con fuertes multas los criaderos ilegales.
Carmen Manzano
Pta. de la SPAPM
Limpiar toda la zona, desinfectar y dejar a Coronado descansando en la UVI del Refugio, con antibióticos lleva casi dos horas, pero por fin este pobre perrillo está seguro y atendido...es un perro joven y bueno...con todo su dolor y miedo, no ha hecho ni un mal gesto; atrás queda el dolor, el miedo, el hambre que ha pasado en su corta vida...ahora le toca aguantar las curas, que seguro serán dolorosas, pero saldrá adelante, es un campeón y se lo merece; seguro que en algún lugar existe la familia que lo quiera y a la que él le dé su amor y lealtad.
Esta es una de tantas historias del Refugio, de sus voluntarios, de sus trabajadores, de sus animales...
El Refugio está a más del 200% de su capacidad: lo único que pedimos es que las personas se conciencien sobre el abandono, que las protectoras no podemos asumir tantos casos de maltrato y abandono; pedimos a las administraciones que se impliquen realmente en el tema del abandono, que promuevan campañas de castración de animales y que castiguen con fuertes multas los criaderos ilegales.
Carmen Manzano
Pta. de la SPAPM
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