RUTH TOLEDANO
Atrévase, señor Zapatero
El pasado martes, un toro fue torturado hasta la muerte en
Tordesillas. Se ensañaron con él de tal manera que acabaron clavándole
un destornillador en la nuca. Aterrorizado, trató primero de huir;
después no pudo más y, con el cuerpo destrozado a lanzazos, se tumbó
debajo de un arbolillo que daba algo de sombra. Miraba a la turba que
participaba en su linchamiento, sin comprender el motivo por el que
querían hacerle tanto daño. No se enfrentaba a ellos porque, dicen, era
"lento y torpe". Produce tanta tristeza oír hablar así de un animal
pacífico, que no quería pelear, como produce la más profunda repugnancia
saber que acabaron clavándole un destornillador en la nuca. Sí. Un
destornillador en la nuca. Había niños y jóvenes alrededor. Lo denominan
Torneo y es Fiesta de Interés Turístico Nacional. Así que a los ojos
del mundo somos una nación que fomenta y considera interesante el
amasijo de lágrimas, babas, sangre y excrementos en que una panda de
violentos convierte a un animal hermoso, joven, fuerte, sano. Una nación
que pretende que los turistas disfruten viendo cómo se clava un
destornillador en la nuca de un animal martirizado.
González Sinde, ministra de Cultura, dijo que no quería hablar sobre el toro de Tordesillas
Tal alarde público de maldad contra un ser que sufre física y
psicológicamente, tal ensañamiento contra un ser inocente e indefenso es
promovido por el alcalde de Tordesillas, José Antonio González Poncela,
del PSOE, como lo fue por su predecesora, María del Milagro Zarzuelo,
del PP. Luego nos dicen que no podemos decir que unos y otros son
iguales. Aunque lo demuestren coincidiendo en flagrantes inmoralidades.
Algunos políticos del PSOE fueron preguntados por el reportero Gonzo,
del programa
El Intermedio, de la Sexta, acerca de las imágenes
del toro de Tordesillas. Bono, Valenciano, Caldera, Pajín, Madina,
Jiménez, Alarte, Chaves, Garmendia y Aguilar coinciden en que es
horrible, una crueldad, en que les genera rechazo, en que es de una
violencia extrema. Pero cuando son instados a pronunciarse sobre su
compañero de partido echan balones fuera, matizan, suavizan, justifican.
Se largan. Dicen que dan sus opiniones personales. ¿Personales? No,
señores y señoras, ustedes son ministros y ministras, secretarios y
secretarias, vicepresidentes del Gobierno. Su opinión ante estos hechos
es política. Y como ciudadanos y ciudadanas les exigimos que se
pronuncien políticamente. Luego no se lamenten si creemos que ustedes no
nos representan, si acaban entrando en el mismo saco que los populares:
se meten ustedes de cabeza. Como socialistas, deberían demostrar, no ya
que sus opiniones personales son distintas, sino que su política lo es:
más justa, más solidaria, más compasiva. Que los populares consideren
Bien de Interés Cultural la tauromaquia no nos sorprende. Lo inaudito es
la tibieza cómplice de ustedes, su cobardía, el miedo a perder votos.
Quieren votos manchados de sangre inocente, de garrulismo indecente.
Solo he visto la repulsa en las redes sociales de los socialistas Carla
Antonelli y Miguel Aguado. Sin embargo, a las preguntas de Gonzo,
González Sinde, ministra de Cultura, dijo que no quería hablar sobre el
toro de Tordesillas. ¿Que no quería? Qué desfachatez. Si las
competencias de la tauromaquia han sido traspasadas a Cultura, es su
obligación responder. Debe responder y tiene que hacerlo. Quiera o no
quiera. ¿Cómo se atreve una ministra a hablar así de algo que de algún
modo le compete? ¿Qué clase de políticos son estos?
Señor
Zapatero, me dirijo directamente a usted porque tiene la oportunidad de
añadir decencia a su mandato. Lejos de quienes no le reconocen ningún
mérito, yo considero que su modificación de la ley de matrimonio, que
permite casarse a las personas del mismo sexo, ha sido una aportación
histórica de su mandato. Usted se ha equivocado en muchas cosas, pero en
esa no solo acertó: hizo justicia e hizo historia. Usted dijo entonces
que nuestra sociedad era así más decente, y la mayoría pensamos que ser
un político decente era hacer algo así. Ahora quiero pedirle que repita
en decencia, señor Zapatero, que aproveche el tiempo que le queda para
irse sabiendo que no solo nos dejó crisis, deudas y oposición, sino
también más decencia. No puedo creer que alguien como usted, que puso
fin a tanto sufrimiento, sea capaz de irse dejando que a un animal
acorralado le persigan con lanzas y le claven impunemente un
destornillador en la nuca. Haga algo, se lo pido por el sufrimiento de
los animales y por la dignidad de las generaciones futuras. Para que la
educación de nuestros hijos, que usted sabe en qué va a terminar en
manos de los populares, tenga al menos blindada una dosis de ética, de
compasión. Para que se corrijan errores tan dolorosos. Para que no sea
posible que un toro sea martirizado por diversión. Ni puedan ponerle de
nombre
Aflijido, como en los carteles de Tordesillas. Así, con
ese cinismo y con esa jota que nadie corrigió. Atrévase, señor Zapatero.
Que no le repriman los suyos. Lo recordaremos con admiración.
¡Atrévase!
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