La historia de Moritz, un ejemplo más de los escasas que se quedan las leyes de protección animal
El día 14 de febrero recibimos un aviso de un perro que se encontraba en muy malas condiciones por la zona del barrio del San Julian. Dos voluntarias de la protectora se acercaron hasta allí y se encontraron con Moritz. Su estado era lamentable. Totalmente desnutrido y deshidratado, lleno de parásitos y con multitud de lesiones en la piel que incluso le impedían abrir los ojos. Inmediatamente las voluntarias recogieron a Moritz y lo llevaron a la Clínica Veterinaria Teruel. Una vez allí se estabilizó y se empezaron a realizar pruebas para valorar su estado. También se le pasó el lector de chip, algo que es obligatorio y es cuando descubrimos que tenía propietario. La obligación de veterinario es comunicarle al propietario dónde se encuentra su perro y el estado en el que está, ya que los animales se siguen considerando una propiedad privada independientemente de que el dueño sea o no buen propietario.
Al día siguiente se realizó una consulta al abogado de la protectora, especialista en estos temas, y nos confirmo lo que pensábamos. Se podía denunciar la situación pero probablemente lo único que conseguiríamos sería una multa y la posibilidad de que el dueño se llevase al perro a pesar de su estado y los evidentes síntomas de dejadez. Ante esta situación, que es algo bastante común no sólo en nuestra protectora sino en todas, decidimos intentar que el propietario cediera al perro a la protectora a cambio de no interponer ninguna denuncia. Y así ocurrió. No teníamos ni una sola prueba que lo culpabilizara del estado en el que se encontraba el perro, ni testigos, ni fotos anteriores, ni vídeos, por lo que no podíamos demostrar absolutamente nada y él podría alegar que se le escapó y por eso estaba así. Nos sentimos impotentes, indignados, ante una leyes que no protegen en absoluto a los animales, y optamos por poner a salvo a Moritz y darle una oportunidad para recuperarse y tener una vida feliz.
Desde la Protectora de Aminales “Amigo Mío” de Teruel queremos denunciar a través de la historia de Moritz lo escasas que se quedan las leyes de protección animal ante presuntos maltratos producidos por sus propietarios. Un perro con chip se trata igual que una propiedad particular, como una mesa o una silla, sin tener en cuenta que es un ser vivo que siente y que sufre y que además no se puede defender ante el ser humano. Reclamamos que se endurezcan esas leyes y que ante la duda de un posible maltrato, sea a manos de su propietario o cualquier otra persona, prevalezca el bienestar del animal antes que el derecho a la propiedad particular, al menos hasta que la situación queda suficientemente aclarada. Nos sentimos dolidos, rabiosos e impotentes por todo lo que ha sufrido Moritz y porque además la legislación nos ha dejado las manos atadas para intentar que el propietario asuma su responsabilidad.
Moritz se encuentra todavía ingresado en la Clínica. Ha mejorado mucho y cada día está mucho mejor. Ahora necesita una familia que lo quiera y que lo cuide para que se recupere totalmente de sus heridas físicas y emocionales y le de el amor que no ha tenido nunca. Si estás interesado en adoptar o acoger a Moritz puedes llamar al teléfono 665-68.67.11
El día 14 de febrero recibimos un aviso de un perro que se encontraba en muy malas condiciones por la zona del barrio del San Julian. Dos voluntarias de la protectora se acercaron hasta allí y se encontraron con Moritz. Su estado era lamentable. Totalmente desnutrido y deshidratado, lleno de parásitos y con multitud de lesiones en la piel que incluso le impedían abrir los ojos. Inmediatamente las voluntarias recogieron a Moritz y lo llevaron a la Clínica Veterinaria Teruel. Una vez allí se estabilizó y se empezaron a realizar pruebas para valorar su estado. También se le pasó el lector de chip, algo que es obligatorio y es cuando descubrimos que tenía propietario. La obligación de veterinario es comunicarle al propietario dónde se encuentra su perro y el estado en el que está, ya que los animales se siguen considerando una propiedad privada independientemente de que el dueño sea o no buen propietario.
Al día siguiente se realizó una consulta al abogado de la protectora, especialista en estos temas, y nos confirmo lo que pensábamos. Se podía denunciar la situación pero probablemente lo único que conseguiríamos sería una multa y la posibilidad de que el dueño se llevase al perro a pesar de su estado y los evidentes síntomas de dejadez. Ante esta situación, que es algo bastante común no sólo en nuestra protectora sino en todas, decidimos intentar que el propietario cediera al perro a la protectora a cambio de no interponer ninguna denuncia. Y así ocurrió. No teníamos ni una sola prueba que lo culpabilizara del estado en el que se encontraba el perro, ni testigos, ni fotos anteriores, ni vídeos, por lo que no podíamos demostrar absolutamente nada y él podría alegar que se le escapó y por eso estaba así. Nos sentimos impotentes, indignados, ante una leyes que no protegen en absoluto a los animales, y optamos por poner a salvo a Moritz y darle una oportunidad para recuperarse y tener una vida feliz.
Desde la Protectora de Aminales “Amigo Mío” de Teruel queremos denunciar a través de la historia de Moritz lo escasas que se quedan las leyes de protección animal ante presuntos maltratos producidos por sus propietarios. Un perro con chip se trata igual que una propiedad particular, como una mesa o una silla, sin tener en cuenta que es un ser vivo que siente y que sufre y que además no se puede defender ante el ser humano. Reclamamos que se endurezcan esas leyes y que ante la duda de un posible maltrato, sea a manos de su propietario o cualquier otra persona, prevalezca el bienestar del animal antes que el derecho a la propiedad particular, al menos hasta que la situación queda suficientemente aclarada. Nos sentimos dolidos, rabiosos e impotentes por todo lo que ha sufrido Moritz y porque además la legislación nos ha dejado las manos atadas para intentar que el propietario asuma su responsabilidad.
Moritz se encuentra todavía ingresado en la Clínica. Ha mejorado mucho y cada día está mucho mejor. Ahora necesita una familia que lo quiera y que lo cuide para que se recupere totalmente de sus heridas físicas y emocionales y le de el amor que no ha tenido nunca. Si estás interesado en adoptar o acoger a Moritz puedes llamar al teléfono 665-68.67.11
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