Zoe, que salió del albergue hace dos meses rumbo a los Países Bajos, alertó con sus ladridos de que el pequeño se estaba ahogando
Hacía solo veinte días que había llegado a su nuevo hogar, una casa en la próspera Holanda con una familia que la deseaba. Zoe, un pequeña perrita, mestiza, de casi ocho kilos de peso, había pasado hasta entonces su apenas año de vida en un albergue de animales, el de Mieres, que desde enero gestiona la Asociación Protectora El Trasgu. Una noche, cuando todavía asimilaba su nuevo entorno, la perra, de carácter «muy tranquilo» -según cuenta Vanesa, que se encargó de su cuidado en Asturias hasta su marcha- no dejaba de ladrar. Sus ladridos frente a la cuna del pequeño de la casa, un niño de casi dos años, alertaron a su madre Rachell, que, en un primer momento, pensó que Zoe solo deseaba salir al jardín para hacer sus necesidades. Al volver a la cama, comprobó que la perra se agitaba aún más y aullaba frente a la cuna. Fue entonces cuando vio a su bebé con convulsiones, la tez morada y síntomas de ahogamiento.
Esta historia (que la propia Rachell, en muestra de agradecimiento, difundió en las redes sociales en Holanda) nunca hubiese sido posible sin la Asociación Protectora El Trasgu de Mieres y la holandesa SOS Strays, que se encarga de buscar familias para los perros de varios albergues asturianos. «Nosotros ya hemos donado once», asegura orgullosa Vanesa, que junto a Patricia y Benjamín, se encarga del cuidado de 55 perros, más los que tienen en diferentes casas de acogida.
Aunque las condiciones en las que viven los animales en Mieres es óptima, gracias al esfuerzo voluntario que realizan cada día, «cuando se va uno, es un éxito. Esto no se paga con un sueldo, es una satisfacción muy grande, porque sabemos que en Holanda van a tener una vida plena».
Para el próximo mes de agosto, se espera la llegada de un nuevo camión procedente de los Países Bajos. Sería el tercero. Las familias holandesas eligen su perro en la web de El Trasgu, los voluntarios los adecúan a las estrictas leyes europeas y el camión regresa para dejarlos en sus nuevos hogares.
El último transporte se marchó con los perros, pero vino cargado de regalos para los que se quedaban en Mieres. «Fue como los Reyes Magos. Los holandeses no conciben que se abandonen perros y los que no pueden recoger quieren que vivan en las mejores condiciones posibles. Para nosotros es una ayuda increíble», dice.
Zoe es ya un héroe en Holanda, pero en Mieres aguardan otros cincuenta esperando su oportunidad.
http://www.elcomercio.es/v/20130503/cuencas/perra-adoptada-mieres-salva-20130503.html?fb_action_ids=548287128543060&fb_action_types=og.recommends&fb_source=other_multiline&action_object_map=%7B%22548287128543060%22%3A332196636883619%7D&action_type_map=%7B%22548287128543060%22%3A%22og.recommends%22%7D&action_ref_map=%5B%5D
No hay comentarios:
Publicar un comentario