Los hechos se produjeron sobre las 12.50 horas cuando un vecino de la zona alertó, a la sala municipal de emergencias 092, que estaba viendo a un perro que en estado muy grave en el interior de un turismo de color verde estacionado en dicha calle.
Hasta la céntrica vía de la capital se desplazó una patrulla destinada por la Unidad de Policía de Proximidad, y al llegar se encontraron con el cachorro de perro con graves dificultades para respirar e inmóvil debajo de uno de los asientos delanteros de un Nissan Terrano. Ante la emergencia del suceso y para evitar que el animal falleciera, los agentes decidieron romper una de las lunas delanteras del turismo para efectuar el correspondiente rescate, sacando de inmediato al animal que estaba con síntomas evidentes de asfixia dada la temperatura a la que se encontraba el interior del vehículo.
Tras rescatar al can del turismo, una veterinaria que también se encontraba en la calle Prim y que ya había alertado del suceso a emergencias, fue la encargada de atender en un primer momento al cachorro, que tras ser examinado por la facultativa comenzó a reaccionar a los estímulos y sufrió una pequeña mejoría.
Por otro lado, los agentes de la Policía Local procedieron a investigar la titularidad del vehículo para cerciorarse de si su dueño o responsable podía haber cometido algún delito penal al dejar abandonado al cachorro en el interior de su turismo, encontrándose este expuesto a las altas temperaturas que se registraban a mediodía en la capital de la Plana.
Por último, y después de que los efectivos que se habían desplazado hasta el lugar de los hechos investigaran todo lo relacionado con el turismo y con la responsabilidad de los ciudadanos con los perros, la empresa municipal de recogida de animales se hizo cargo del cachorro a la espera de poder localizar a su dueño o responsable.
Fuente: lasprovincias.es
1 comentario:
Lo que voy a expresar no es producto del acaloramiento, ni de la vehemencia; por el contrario,con gran serenidad y frialdad de cabeza yo propondría que la persona que ha dejado al pobre animal a punto de morir de tan cruel forma que reflexionase por espacio de, solamente, tres o cuatro horas en un habitáculo semejante, a 40 grados de temperatura, sin agua y tras haberlo atiborrado de anchoas. Sólo cuatro horitas y sólo para reflexionar.
No se iba a morir, pero lo iba a pasar mal seguro.
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